jueves, 22 de marzo de 2012

Dudas y sorpresas la reliquia de arte cristiano indígena traída por el Vaticano a Cuba

Richard Roselló

 

Arqueólogos cubanos revelan dudas y sorpresas por la complejidad en la manufactura del porta misal expuesta en el Museo de los Capitanes Generales del centro histórico de La Habana, proveniente del Vaticano, y, coincidiendo con el próximo arribo del papa Benedicto XVI a la Isla.

 

La pieza que estará expuesta por un año al acceso público y, en una de las salas del antiguo Palacio de los Capitanes Generales, de La Habana Vieja, es considerada por arqueólogos como “una sorpresa además, de su complejidad de manufactura”, según destacó Gerardo Izquierdo Díaz, miembro del Centro de Antropología y Arqueología del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la capital.

 

Para Izquierdo Díaz, las dudas pueden crecer cuando “no existen analogías de hallazgos similares en los contextos indígenas del Caribe, ni en Cuba” de ese tipo de artefacto. Tampoco descarta que dicha “pieza pudo haber sido confeccionada por artesanos hispanos en el periodo de la conquista y descubrimiento de América”, atribuidas a los hombres que siguieron a Cristóbal Colón en sus rutas.

 

El porta misal o atril, fue presentado en Cuba recientemente, como la pieza primogénita del arte aborigen que sirvió probablemente al capellán Bartolomé de las Heras del almirante Cristóbal Colón para colocar el libro de misa, en sus expediciones.  De corroborar los hechos el facistol podría ser considerada como la más antigua reliquia de su tipo del arte colombino —superando a la Cruz de la Parra, en la ciudad Baracoa, Oriente de Cuba, fechada en 1492 y testimonia el paso del Gran Almirante a la comarca—; tiene la forma de una concha tallada en madera con incrustaciones de tirillas de hueso de pescado y caparazón de carey, según datos de prensa.

 

Pero “la alusión de este hallazgo está por confirmar y quien la confeccionó es un gran problema que deberá dilucidar los futuros estudios arqueológicos”, destacó Antonio Quevedo Herrero, experto en temas de arqueología y conservación del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador.

 

Cristóbal Colón estuvo en Cuba en dos ocasiones (1492), cuando la descubrió y permaneció poco más de un mes.  En el segundo viaje (1493) recorrió el sur de la Isla, poniendo rumbo a Jamaica. El nombre del capellán que se dice acompañó al  Almirante de la Mar Océano  no aparece en los registros históricos cubanos.

 

Una de las hipótesis históricas no convincentes es que la pieza pudo haber llegado a Cuba a través del galeón de Manila. En 1571 España establece una ruta de navegación comercial entre el puerto de Manila y Acapulco atravesando el océano Pacifico. Desde entonces quedó abierta una vía de comunicación de la dominación de la Corona por esos mares con América. Pero esta hipótesis descartaría cualquier vínculo de: Colon, su capellán y del porta misal. Colón muere en fecha de 1506.

 

“El atril, sin embargo, no deja de ser impresionante. Como única pieza artística, por su inmenso valor patrimonial y de antigüedad y por el perfecto estado de conservación que tiene”, dijo Quevedo Herrero.

La confección de dicha pieza, se le atribuye a las comunidades Tainas de Cuba que tuvieron contactos con los colonizadores europeos a fines del siglo XIV.

 

Hace unos años, el descubriendo arqueológico de un sitio aborigen en la costa marítima conocida por Buchillones, al norte de la provincia Camagüey, develó hallazgos exclusivos para el continente con miles de piezas descubiertas. Buchillones pude ser el ejemplo del altísimo nivel artístico que alcanzaron aquellas comunidades que conocían a la perfección la talla en madera, piedra y concha.

 

Aunque no está otorgado el permiso para someterla a la pieza a varios estudios, el porta misal seguirá siendo una interrogante para la historia de la conquista en Cuba y sus estudiosos. Futuras investigaciones en análisis de madera, radio carbono y material de hueso develarán interesantes datos como preludio del encuentro entre dos mundos.

 

La reliquia en carácter de “préstamo”  y en custodia la Oficina del Historiador  fue autorizado “con carácter excepcional” por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, tras una petición realizada por el historiador de La Habana, el Dr. Eusebio Leal, según medios de prensa extranjera.

 

richardrosello@yahoo.com


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