jueves, 22 de marzo de 2012

Las inciertas verdades del caso Vista Hermosa

Richard Roselló

 

Vista Hermosa, una finca ganadera en un municipio de Matanzas, llegó a convertirse en una empresa modelo, independiente, y poco usual. Todo gracias a una mujer y un cubano-mexicano que la hicieron funcionar desde el 2008, según refleja el artículo El descontrol abre paso a la corrupción, reproducido por Granma el pasado 10 de febrero. Sin embargo el gobierno de La Habana se aseguró poner tras las rejas al talento y la creatividad donde debió aplaudir el progreso. Una gran paradoja cuando la crítica situación económica, política y moral de Cuba exige cambios inminentes.

 

El delito de Vista Hermosa

 

En estos instantes un proceso penal corre tras sus autores.  Y todo porque sus dueños se la ingeniaron para hacer construir “un terraplén, una caballeriza, una vaquería”, que al decir de Granma por “la envergadura de las inversiones reflejaba a las claras lo turbio de sus manejos”.

 

No se dice, “a las claras”, que los logros productivos del tipo mixto (cría y engorde), destinada a la producción de leche y carne, en Vista Hermosa, no hubiese alcanzado el sueño sino contase con la necesaria infraestructura que exige un modelo de su tipo.

 

Vista Hermosa está siendo investigada “a las claras” y hasta la saciedad de la envidia, por su triunfo.

Granma, incluso, se molesta porque, en el proceso investigativo vieron “transportar ganado mayor —procedente de la finca— hacia una dependencia de la Empresa Integral de Matanzas”, encargada de darle el destino que exige.

 

El articulista, un poco confundiendo al lector con miedos y odios, no dijo que la finca transportaba ganado mayor de seba como resultado un trabajo productivo y de selección de razas (para la obtención de carnes, cueros, cola y gelatina, lo que da un empujón a otras industrias). En un análisis, la periodista no da cifra del monto del ganado transportado, lo que se desprende que en cuatro años, Vista Hermosa, debió aportar miles de kilogramos de carne para el beneficio del Estado cubano. Y porque no para el turismo también.

 

Añadiéndole más leña al fuego, Vista Hermosa se le cuestiona como “una finca que, a nombre de una mujer y sin tener trabajadores contratados, surgió como una próspera vaquería, capaz de entregar en días alternos entre 70 y 80 litros a la Empresa de Productos Lácteos de Matanzas”.

 

El debate que el reportaje periodístico nos trata de vender, no deja de ser cínico además de ignorante. Hagamos un poco de historia. El “trabajador agropecuario eventual” como trabajador por cuenta propia se autorizó por primera vez en Cuba, en octubre el 2010, según sus decretos y leyes…, contenidos en la Gaceta Oficial Nos, 11 y 12. Anteriormente un Decreto Ley No. 125 de 1991, “preceptúa como infracción el empleo de mano de obra asalariada de los trabajadores permanentes y eventuales para laborar con los agricultores pequeños”. Como Vista Hermosa no estaba asociada a una Cooperativa de Créditos y Servicios, tampoco se le autorizó el contrato de trabajadores. Por ello, a los cubanos les llevó más de un año aceptar los nuevos retos, cuando se aprobaron 186 actividades para el ejercicio del trabajo por cuenta propia. Actividades es en fin que, fueron en su mayoría, aniquiladas por soberbia del nuevo gobierno revolucionario. Eso sí, las prohibiciones crearon un malestar e inseguridad que ha durado más de medio siglo.

 

Después de 1959, el campesino comenzó a ejercer una agricultura feudal. Se le prohibió contar con grandes cabezas de ganado. Al tanto, era quien pastoreaba, ordeñaba; era su custodio y su veterinario solitario que no podía dar empleo a otros trabajadores. A diferencia de las empresas estatales o asociadas al Estado, dueña de varios millones de cabeza de ganado, tenía todo garantizado. Recursos, técnicos, alimento asegurado e importado, medicinas, tecnologías y transporte. El campesino no podía vender su producción al Estado; la leche y sus derivados las vendía clandestinamente; no podía sacrificar su ganado, ni tener acceso a su carne, ni podía comprar ganado libremente para la reproducción. En caso de robo o extravió de sus animales, era castigado con severas multas o la prisión. En resumen. El campesino de ayer, hoy llamado productor ganadero, no es ni siquiera el propietario de sus reses.

 

Fue así como debió haber surgido Vista Hermosa. En un desafío contra las impuestas leyes arbitrarias, en medio de las carencias de derivados en el mercado estatal, surgió la finca y se abrió paso. Con experiencia, adquirió máquinas, desafió los controles inoperantes y la política burocrática e hizo levantar con eficiencia y productividad el sueño de muchos ganaderos. La leche entregada, superaba los 1000 litros al mes con lo que se beneficiaba más de una entidad estatal. El ganado recibió el mejor cuidado, produciendo 2,2 litros por cabeza de vaca lechera. Su producción fue convertida en helados, queso, yogur, mantequilla para la población y posiblemente para el turismo.

 

Un hecho mostrado por la periodista como pan comido de la corrupción fue el decomiso “en el almacén de nueve sacos de pienso norgal, 32 con distintos tipos de alimentos, 44 sacos de sal granulada y 20 de urea”. El periodista no refleja que dichos productos pueden ser adquiridos mediante las cooperativas pecuarias. “A las claras” no dice, ¿donde se pueden adquirir? Se infiere que los referidos productos no están al alcance de los ganaderos cuentapropista. No deduce entonces, ¿porque vías puede favorecerse el desarrollo económico de la granja y el Estado?

 

Pareciera un delito criminal que una Empresa Integral le suministrara las “maquinas forrajeras y hasta un sistema de riego para el desarrollo de la actividad pecuaria” de Vista Hermosa. Uno se pregunta ¿Cómo hacer producir una empresa grande o pequeña sin el alcance de estos medios mecanizados? Acaso ¿La mecanización no multiplica la eficiencia y la productividad de las ventas agrícolas? ¿Porqué no puede el cubano hacer más humano su trabajo cuando depende de la maquina? ¿Tiene Granma la dirección o nombre de una oficina comercial donde se puedan adquirir libremente estos implementos?

 

Resulta ahora que el culpable de este vaticinio agropecuario es un cubano-mexicano que hizo introducir “al país: llavines, arreos, monturas… y hasta un equipo de ordeño mecanizado”.

 

¿Cuál es el delito? ¿Por qué no conservaron el tradicional oficio de talabartero que desapareció después de 1959? ¿Por qué fue aprobado ahora? ¿Hasta cuando el productor ganadero tendrá que seguir siendo escavo del ordeño manual?

 

El cubano-mexicano que Granma lo revela inminente como un antisocial “adquirió unos 2000 postes de madera a un particular y usó más de una veintena de rollos de alambres de púas importado desde México”. No dice “a las claras” que al pasar sus rollos por la aduana no tuvo problema.

 

Granma presenta al lector dos imágenes insertada en toda una página en la que pretende demonstrar irregularidades. Una, la inversión de un “terraplén que supera los 400 viajes de camión”. Otra, un poste de electricidad de hormigón, con iluminaria, para justificar la corrupción de la Empresa Eléctrica de Matanzas. Más, no lo logra.

 

¿Cuándo llegara el día en que se pueda contratar libremente los servicios de una empresa eléctrica o constructiva para mejorar el servicio y beneficio que reporta una finca similar a Vista Hermosa, al Estado? ¿Hasta cuando el Estado seguirá prestando servicios al Estado y lo niegue a su pueblo?

 

Lo que más palpo en esas imágenes es que los propietarios de la finca y de los medios de trabajo se aseguraron de proteger sus equipos, inversiones y cargas de utilidad comercial, construyendo un terraplén en un difícil camino rural que conspira con su proyecto económico ¿Qué hay de mal que ello?

 

Volviendo a las imágenes. Ellas solo revelan el glamur, belleza y organización circundante. Así también el cuidado e interés que ha mostrado esa pequeña empresa privada en perfeccionamiento.

 

Balanceando el castigo de Sísifo, Granma pone en picota el cáncer que corroe la estructura estatal de poder. Aprecia que existe “descontrol, negligencia, inoperancia” en ciertos dirigentes y la falta de funcionamiento integral de no pocas instituciones. Incluye en el escándalo, a las empresas subordinadas a la Agricultura. A su vez, magnifica a los salvadores del naufragio: Policía y Fiscalía, aclaro, del nivel más alto. El rotativo no dice que los niveles más abajo no son del todo confiables.

 

En verdad de las verdades, la periodista no aposta nada que los cubanos no conozcamos hace décadas. Granma mientras tanto esconde otras de las grandes realidades: la inoperancia del modelo socialista para resolver los problemas que nos aquejan.

 

En un cierre del artículo, Granma enfila contra supuestas desigualdades que practican sus propietarios entre los trabajadores de Vista Hermosa. De “siete, cuatro de ellos percibían 1200 pesos al mes, además de ropa, calzado, celulares y en varios casos motos o bicicletas como medio de transporte”. Más diría, que tampoco lo logra.

 

El lector que me lee no podrá entender nada. Lo que es correcto, práctico y coherente en el mundo actual, es incorrecto y hasta un delito en Cuba.

 

Vista Hermosa nos revela la importancia que tiene el recurso humano para su trabajo. Les paga bien, pero les exige. El estimulo y la atención privilegiada de sus trabajadores está garantizada. Y aunque siempre existen los insatisfechos, más vale aquel slogan marxista aprendido inútilmente en nuestras aulas: “A cada cual según su trabajo. A cada cual según su capacidad”.

 

Vista Hermosa en resumen: pretende verse como “un hecho complejo”. Pero lo complejo no son los hechos sino el surrealismo que hay que practicar para hacer economía. Es además, la telaraña que lacera cualquier movimiento al éxito. Laceran la creatividad y la buena iniciativa. Y es contradictorio. En hoy exige cambios a sus ciudadanos. Solo que sin las garantías que todos esperan.

 

Sabemos que Vista Hermosa en adelante no correrá la misma suerte que antes. Se apagara hasta la denominación privilegiada de su nombre. Caerá al abismo como caen los nuevos bríos independientes que han tratado de levantarse.

 

En resumen. Todo parece estar claro. Los cubanos no necesitamos ni policías, ni fiscales ni políticos sino productores y empresarios. Gente emprendedora y joven que logren recuperar todo mejor de lo que hemos perdido por la gracia de un gobierno irresponsable y confuso.

 

richardrosello@yahoo.com



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