por Richard Roselló
Periodista Independiente
2 de Septiembre del 2010
Cuba posee un clima subtropical húmedo, con dos estaciones: la seca (invierno), de noviembre a abril, y la lluviosa (verano), de mayo a octubre. En tanto su temperatura media en el año es de 25, 5 grados Celsius. Mientras los extremos de calor y de humedad relativa en el verano son de 27 grados C y 80 %.
Cada verano sentimos más calor por encima de los índices arriba referidos. Hoy la temperatura media ha subido a 33 grados Celsius y más del 95 % de humedad relativa la que tenemos que soportar en condiciones económicas adversas.
En pasados días, el Instituto de Meteorología de Cuba anunció, 35 grados Celsius de temperatura record, en la capital, Ciudad de La Habana.
Pero. ¿Que sucede cuando se exceden las temperaturas? La cifra no deja de ser alarmante. Está cambiando la naturaleza de nuestro entorno. Sufren y se alteran nuestro biorritmo de vida. También los comportamientos humanos. Hoy son mayores las enfermedades, muertes y accidentes ocurridas. Se contaminan las aguas y existe una palpable pérdida en la agricultura como en la pesca marítima en detrimento de la alimentación humana. Los equipos eléctricos sufren averías y roturas. Aparecen cambios emergentes en las modas. Y otro más son algunos de los signos del cambio global donde Cuba no queda exenta.
El clima esta cambiado y mi ordenador también.
Para quien me lee, estoy escribiendo a una temperatura 343 grados. Mi cuerpo suda a chorros. El ventilador me devuelve un aire caliente; la humedad del ambiente está cerca de los 100 grados Fahrenheit. Pierdo concentración y el intenso calor no me deja trabajar.
Mi ordenador portátil se apaga automáticamente varias veces al día. Estoy asombrado. -"El equipo, tampoco resiste las temperaturas", me dice un experto al despejarme la duda de una posible rotura.
Los cubanos sí sufrimos el golpe de calor.
Un gran malestar sacude la población de un extremo a otro del país. Sufrimos a menudo la alta temperatura exterior y que tienen como respuesta del organismo un aumento excesivo de la temperatura corporal y los excesos de sudoración; por la exposición excesiva al sol o los ambientes de altas temperaturas.
En el golpe de calor, la piel está seca, caliente y enrojecida; el pulso es más intenso y rápido. De pronto hay una pérdida de consciencia, mareo, se está confuso y aturdido. Los ancianos y los niños son los mas que sufren. Los primeros porque pasan buena parte del día en las calles, resolviendo sus problemas.
Para los cubanos que trabajar en los exteriores, dígase albañiles, agricultores, empleados de playas etc., el agotamiento por calor es más frecuente.
Hubo un tiempo en que los medios de difusión recomendaban ingerir entre uno a dos litros de agua diaria. Hoy sugiere tres a 4 litros porque existe una mayor pérdida de líquido corporal que perdemos mediante el sudor.
He visto personas sudar en sitios climatizados. Más, los afortunados que viven del aire acondicionado, quedan conmovidos de los estados de sudoración.
Un sol fuerte cae sobre las cubiertas de las casas e inquieta a sus moradores que llegan a sofocase del vapor que baja. Nada de esto sucedía antes.
El pasado año registramos meses de calores en temporada de invierno. E incluso, como hecho inédito, las Navidades fueron muy calientes.
Las elevadas temperaturas son causantes de situaciones insólitas. Los lácteos se descomponen con facilidad. Desde la leche en polvo a la leche líquida que es entregada a niños y la población asignada, incluyendo el yogur, alimentos recién cocinados y hasta el huevo se descomponen.
En calor: prevenir enfermedades.
Los mayores índices de dolencia ósea aparecen en el verano (mayo-octubre) por la frecuencia de las lluvias. Abundan los reumas; aparecen las artrosis para empeorar nuestros estados de salud. El dolor lumbar y cervical es más frecuente. La artritis en las manos y muñecas y rodillas se presenta con entusiasmo.
Las trasferencias de temperaturas que sufrimos de un intenso frió a un abrasivo calor, son causas de agravamiento de la salud. El calor es caldo de cultivo para la aparición de enfermedades digestivas (parásitos, hepatitis, diarreas), lesiones en la piel (escabiosis, hongos, cáncer de piel). Las enfermedades celebro vasculares (isquemias, infartos) son más persistentes y mucho tienen que ver con el inadecuado estilo de vida que llevamos, el sedentarismo, el estrés y las escaseces materiales y alimenticias, también tienen que ver con ello.
Así también existe un visible aumento de las enfermedades físico mental como factores de riesgos, por hábitos tóxicos, aumento de la pobreza, hacinamientos de personas en hogares y un acelerado ritmo de vida en un país de limitaciones y de desorden social.
Resultan frecuentes las enfermedades respiratorias agudas causadas por estados virales (catarros, alergias). La novedosa presencia del virus H1N1, ha dejado en el presente año una veintena de muertos en el país.
Aquellos que ingieren medicamentos, notan un vencimiento temprano de esos fármacos adjudicados posiblemente a su exposición, en altas temperaturas del hogar.
Cuidado con el agua potable
El calor es capaz de degradar los suelos cálcicos donde provienen los afluentes de agua potables que ingerimos. Como consecuencias, aparecen concentraciones de sales de calcio y magnesio así como otras bacterias que contaminan las aguas. Débase a ello, la aparición de cálculos renales cada vez mayores entre la población y las enfermedades digestivas en números crecientes de personas.
El pescador pescado por el sol
Los cambios climáticos es tan juzgados por quienes más afectan. Pescadores veteranos aseguran que en los últimos dos años, se han alterado los ciclos de captura de escamas (peces) y crustáceos (langosta, cangrejos y camarones) en la plataforma alrededor de la Isla. El exceso de las temperaturas, nos dice, ha ocasionado que las especies se desplacen a las aguas más frescas y profundas donde se dificulta la pesca por chinchorros.
Estos refieren que los meses de ciclos de captura, se atrasan o se adelanten. Al tanto, se prevén un detrimento de la producción alimentaría para el consumo de la población.
Y qué decir de la agricultura
En áreas agrícolas, las elevadas temperaturas han obligado a los agricultores a realizar, en ciertos casos, dos cosechas al año. La respuesta es porque acelera la maduración temprana de los frutos y afecta su crecimiento adecuado.
Diariamente se pierden, por descomposición, en nuestros agromercados, decenas de quintales de frutas, viandas, granos y cítricos, antes de llegar al consumidor.
Las viandas o tubérculos se embellotan o se vuelven duras en el proceso de cocción (dígase yucas, boniatos, calabazas y papas) Los aguacate pierden su aceite y se endurecen. Las frutabomba y la guayaba se descomponen con facilidad. Los plátanos se oxidan con rapidez. Los cítricos como limones, naranjas, dulces y acidas, pierden la jugosidad, volviéndose resecas. Igual las legumbres tanto en frijoles como habichuelas disminuyen sus estados nutricionales al someterse a temperaturas muy altas. Los frijoles que se envasan en nailon y ante las altas temperaturas pierden la falta de calidad del mismo. Estos factores infligen en una perdida adicional de las cosechas, rendimientos y ganancias.
La deforestación
La deforestación del país está entre las primeras causas del aumento de nuestras temperaturas en el medio amiente. En medio siglo de gobierno revolucionado poco ha hecho para reforestar las zonas más dañadas. Antecedentes reportan que Cuba era una Isla que podía caminarse bajo la sombras de los árboles.
La naturaleza manda
Nuestro país está expuesto a un periodo de sequía que causas altas perdidas. Durante el 2007, la falta de lluvia, el agotamiento de las presas y del manto freático, trajo una fuerte sequía ocasionando la muerte a un centenar de vacas en la provincia de Camagüey.
Cuando no, los excesos de lluvias por encima de lo estableado han destruido cosechas enteras, crear inundaciones imprevisibles donde nunca las hubo y se reportan la perdida de ganados por ahogamiento.
Cuba tampoco escapa de los huracanes y ciclones que en su temporada (julio-noviembre) son frecuentes en nuestra zona. Los destrozos que han ocasionado esos fenómenos meteorológicos suman pérdidas millonarias en áreas urbanas, forestales, agrícolas e industrias, mientras las pérdidas humanas resultan muy pocas.
Las modas y el calor
Las modas han tenido que ajustarse a los tiempos que corren. De la camisa, pasamos al pulóver, luego al desmangado. Ahora: la camisera.
La prolongada exposición solar genera causas severas para la salud. Para protegerse, se prefiere mejor el uso de short que las truzas. O los trajes de baños enterizos antes las tangas.
En lo que a ropas de uso respectan, se facturan cada vez más ligeras y muy próxima al nudismo. Sean las de vestir en la noche o la que usamos por el día. La tendencia es cada vez a usar vestimentas cortas y ligeras.
¡Calor! Vamos a la playa
Unas de las mayores trasferencias de calor que sufrimos de radiación son en las playas. Más bañistas acuden hoy a los balnearios que hace dos décadas atrás, e intentan burlarse del calor.
En la actualidad además, existe un mayor uso de protectores solares a lo que se usaban diez años antes (gorras, sombreros, gafas, lociones solares y sombrillas).
Por cierto, los que usan sombrilla, experimentan una mayor transferencia de calor mediante sus tejidos.
El sol quema hasta las piedras.
Más que las piedras, se han producido algunos incendios forestales en la Isla a causa del sol que reseca demasiado la hierba. La perdida de decenas de hectáreas dañadas, rompe el equilibrio del ecosistema al hacer desaparecer muchas de las especies de animales y plantas que habitan en su entorno.
¡Alejase de los hierros!
Con el calor aumentan las descargas eléctricas ocasionadas por ese fenómeno atmosférico tan peligroso. Las muerte por descargas eléctricas ocasionadas por el calor (del verano) están entre las primeras cuatro causas de fallecidos en el país con un aproximado de más de 60 víctimas por año, según datos del Ministerio de Salud cubano.
No por gusto, nuestros abuelos aconsejan que cuando truena no se toque nada que contenga hierro. Y si es posible, alejase de las tijeras y las fuentes de agua.
Se ha demostrado que la mayoría de los fallecidos ocurren en zonas agrícolas. Cada año las descargas eléctricas son más frecuentes que en anteriores décadas.
Cuidado con las neveras
Los frezzes pierden el frió. Las neveras a penas hacen hielo como para congelar los alimentos. También los líquidos, poco se enfrían. Algunos comidas se descomponen con facilidad. Las croquetas deben consumirse el mismo día en que las extraemos de las envolturas plásticas, de lo contrario, pierden sabor y valor nutricional después de las 24 horas. Agreguemos que estas pierden la cadena de frío entre la transportación inadecuada a la venta al consumidor, lo cual se fermentan con alarmante rapidez.
El calentamiento global propicia que los motores de frío de neveras sufran mayores averías por un exceso de temperatura en detrimento de su rendimiento. La cifra de roturas de equipos de fríos por las altas temperaturas rondan alrededor de las 3 000 unidades entre estatales y del sector privado que ocurren cada año, según un experto del Ministerio de Comercio Interior de Cuba.
Trabajar bajo el calor
El calor nos hace improductivo. Prestamos poca atención al trabajo lo cual ronda en un bajo rendimiento laboral.
El cubano, que apenas trabaja, no siempre cumple a cabalidad con sus derechos laborales. Claro. Hablamos de un mal de hace 50 años.
Las altas temperaturas, no justifican el maltrato al cliente, al usuario, al pasajero o al enfermo. También la falta apropiada de medios de protección física y de estímulos crean esos estados de desinterés y apatía.
El calor: ¿genera violencia?
Como el calor predispone a las personas, existe un aumento de la violencia en el medio que nos rodea. El sistema nervioso central se altera. Más es en el verano, donde aumentan los accidentes por carreteras y los lesionados o muertos a causa de la ingestión de bebida alcohólicas y otros tóxicos.
Pero bien, los estados exabruptos de los comportamientos humanos más tienen que ver con los modos de vida y la educación.
El calor: ¿a quién más daña?
El calor afecta el asfalto de nuestras calles. Los pavimentos que sufren excesivo sol no son inmunes al calor ni al peso de los vehículos De hecho, no aguantan las abrasiones llegando a suavizarlos. El peso de vehículos muy pesados contribuye al deterioro vial. Sumemos, la falta de calidad en los materiales empleados y el mal trabajo realizado.
Conductores confirman que los automóviles, o no ruedan bien o consumen mayor combustible, en pavimentos blandos.
Las gomas se impregnan al pavimento como también a nuestros zapatos, que a su paso dejan la huella.
La pregunta que nos hacemos. Si esto nos está sucediendo en el presente año 2010. ¿Cómo serán los siguientes?
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