Richard Roselló
Más de medio siglo ha tenido que transcurrir para que cambien las mentalidades de quienes dirigen el destino de los cubanos en la isla. Ahora está por ver. En abril del 2011 se dictaron las resoluciones de la nueva política económica y social del Partido y la Revolución a fin de promover cambios. Casi al transcurrir un año, toca a los Comités Municipales, la responsabilidad de cumplimentar los lineamientos.
Según el semanario Mayabeque (24 de febrero presente) órgano del comité provincial del PCC, y de la mal llamada provincia de su nombre, nos hace saber en un titular de primera plana, a color rojo, que el análisis crítico, “Comenzó por Batabanó”, un municipio costero al sur de la capital.
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Como todo proceso asambleario, lleno de promesas que no se cumplen y de mentiras a ciegas, éste nos refiere a las claras que el discurso demagógico que intenta resolverlo todo, sigue intacto. Persisten aun frases lapidarias como: “no podemos permitir que eso suceda”. Y tan incrédula que luego de medio siglo de la revolución de los desastres, sueñan a “que el sistema empresarial del país esté constituido por empresas eficientes, bien organizadas y eficaces”.
Víctor Gaute López, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, pronostica con palabras proféticas y desatinadas, que “el municipio (Batabanó) cuenta con la fuerza revolucionaria necesaria para fortalecer su economía y mejorar los indicadores, hoy afectados”.
Pero. Si de contar “con la fuerza” ¿cómo es que sigan ejecutando formulas estructurales de organización que no encuentran soluciones?, según hace ver el semanario Mayabeque. O que los militantes evadan responsabilidades en sus propios centros laborales. No sean, del todo, combativos en la interminable lucha de corrupción e ilegalidades que existen y persisten. Tampoco comprendan que la falta de contratos entre empresas crea improductividad.
En verdad de las verdades, los problemas incisivos siguen ocultándose y no están a la vista de la prensa. No dicen por ejemplo que Juan Miguel García Díaz, primer secretario del Comité Provincial del Partido en la provincia Mayabeque, ha evadido varias citas de militantes en Batabanó que exigen inmediatas respuesta a problemas que no tienen que ver con el llamado “bloqueo imperialista”.
En cambio, repitiendo el nuevo guion rubricado por la elite de poder y sin mirarse por dentro, les hace creer a los demás —militantes—, “la necesidad de cambiar la mentalidad como elemento clave para poner en práctica los objetivos de trabajo de la organización”.
Pero, si de mentalidad se trata, ciudadanos de Batabanó, se preguntan por qué la sala de rehabilitación no ha dado servicios completos en cuatro meses por la rotura del cheque de un motor de agua. Al tanto decenas de pacientes, entre ellos niños y ancianos, no han recibido el tratamiento suficiente y eficiente, mientras subsisten sus enfermedades y dolencias.
“Hasta, cuando —preguntan sus pobladores— continuará el pésimo estado higiénico y sanitario de las calles del municipio, como las de Surgidero de Batabanó que lleva dos décadas con yerbas, sin pavimento, con agua putrefactas donde progresan plagas de mosquitos”. “O las biplantas de Batabanó que drena, hace dos décadas, aguas albañales a las calles, contamina la población circundante y destruye el pavimento”.
En otros casos, en la clínica estomatológica “persisten las desatenciones en el servicio de prótesis que se han visto interrumpidas por el agua y a causa —dicen— que por la falta de fluido eléctrico”, dijo un afectado que no se identificó. En cambio esa unidad de salud, posee una planta eléctrica de nueva adquisición, instalada y en desuso.
La pasta y el jabón que llega a la familia, carece de calidad al decir del sentir ciudadano. Falta el pescado en pescaderías, y, no hay ofertas en su nueva unidad especializada de productos del mar. Unido a ello, continúa el desabastecimiento del agro mercado especial estatal con ofertas, a veces, de plátanos y cebollas, siendo Batabanó un municipio agrícola.
Muchos inquieren “porque no se ha implementado en el municipio el subsidio de materiales de la construcción a familias de bajos ingresos”. Iniciado el proceso el pasado 15 de enero, las máximas autoridades dieron plazo de un mes a 45 días para ponerlo en función pero no han cumplido. Y es contradictorio, el órgano de prensa de Mayabeque destaca, el 24 de febrero, página dos, que en el 2012 “La provincia resultó segunda del país en la venta de materiales de la construcción”.
Algunos usuarios cuestionan “el por qué existen tiendas Panamericanas con pizarras de comprobación de bombillos defectuosas y obligan al cliente a adquirir un producto sin garantía”. O la propia bodega que en ocasiones “no posee dinero de devolución de vueltos”, creando una fatal desconfianza al consumidor.
¿Por que persisten deudas en la entrega de la leche para diabéticos y personas enferma de cáncer? En cambio, sus usuarios han detectado suministros de leche a personas ajenas a las unidades de comercio. Afirman además, que la transportación de la leche y su demora, llega de un remoto lugar, en un medio sin higiene y lento. Al tanto los propios transportadores aseguran que “en Batabanó existen faltantes de leche porque quieren”.
Aun continúa “la tardanza del pan a las unidades por falta de transporte” mientras el municipio posee base de camiones y ómnibus escolares. Usualmente el pan es transportado a diversas comunidades como Juan Díaz, Pozo Redondo y otras en vehículos de tracción animal y en cestas descubiertas, adquiriendo bacteria de todo tipo.
Por otra parte, ancianos del asilo se quejan por la falta de un médico sistemático. El que tienen, por ocasiones, no posee efimo. Los ancianos no le toman la presión arterial diaria, no hacen ejercicios y carecen de agua fría, ventiladores y frezze. Y tienen problemas para acceder al televisor. Los casos encamados o los que viven en zonas rurales alejadas, no son atendidos, ni se les visita. Carecen de asignaciones higiénicas que la familia no puede asumir. En otro orden, las personas diabéticas no disponen de alimentos selectos para su enfermedad, obligándolos a comer a sus casas.
El transporte público, en servicios de camiones privados, no reúne condiciones ni humanas ni técnicas de transportación de personas. Mal estado del vehículo, asientos y techos rotos, con falta de iluminación. Algunos, viajan con pasajeros hacinados que ponen en peligro su vida. Y hasta utilizan bocinas contaminantes, reflejando un evidente signo de maltrato al viajero. Amén del alto precio del pasaje $10 pesos.
La carretera provincial donde transitan vehículos que prestan servicios prioritarios al Estado, con destino a Isla de la Juventud, Cayo Largo, puertos, transporte urbano y economía interna, son inseguros y pésimos para la transportación.
Nos pocos los moradores expresan disgustos a falta de servicios especializados en el hospital provincial de Mayabeque que ahora les corresponde. Destacan que al llegar al hospital del municipio Güines, luego de un viaje tortuoso, son remitidos a una clínica muy distante, en la capital.
Pero no solo Batabanó vive bajo el asedio de las ineficiencias y los disimulos. La mentira como forma de rendir cuentas llega a la prensa de su provincia. Véase página 2, articulo Evalúan resultados del CAP. Aunque el periodista no dice que es el CAP, destaca que en enero del 2012 “Mayabeque cumplió… con la circulación mercantil”. Ese día, en otro artículo pagina 5, se lee en un leed que en enero “empresas en Mayabeque incumplieron el plan de producción o circulación mercantil”. Un desliz muy fatal, es confundir “producción” con “circulación”.
Batabanó parece tampoco situarse, ni en tiempo, ni en espacio y menos en el periódico que le corresponde. Léase en actividades culturales página 6, titular Las 4 esquinas. Batabanó no existe entre los 11 municipios que componen la provincia Mayabeque. Se desprende que carece de ofertas recreativas.
Con sobrada justificación los habitantes de este antiguo e histórico pueblo de pescadores y agricultores sienten estar abandonados y desilusionados por esto y por más. Razones tienen. Lo paradójico, es que Batabanó, aporta a la economía del país más de 100 millones en divisas por captura de langosta, esponjas, pescado, productos agrícolas y muebles con destino al mercado de moneda dura y la exportación. En cambio y a cambio, recibe de todo. Menosprecio, abandono y un pilar de mentiras por quienes la gobiernan y dirigen.
Y es de esperar que por incurrir en tanta ineficiencia no solo en sus empresas, y servicios, Batabanó tampoco llegue a cumplir los Lineamientos de la Política Económica Social.
richardrosello@yahoo.com
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