Richard Roselló
Enseñar
es el arte de la pedagogía si de estudiantes se trata. El aprendizaje
“enriquece los principios básicos de la personalidad del educando y
retroalimenta al educador”. Así piensa,
Ana Aguililla Saladrigas, una maestra de inglés que ha incursionado en todos
los niveles de la enseñanza en Cuba.
Aguililla
es miembro de un prometedor proyecto independiente de una Red de Bibliotecas
Cívicas. Y como otros, tiene su propio programa y experiencia para crecer en el
futuro.
En
1991 tuvo que abandonar el magisterio en una escuela estatal. No porque quiso
sino porque se lo impidieron. Su manera de pensar y la de su familia eran
incompatibles con las del gobierno. Tanto así que su esposo, un prisionero
político de conciencia, fue encarcelado y castigado a 15 años de privación de
libertad.
Aguililla
Saladrigas había cumplido una larga etapa de enseñanza en secundaria y pre
universitario. La expulsión de su trabajo la sorprendió en el Instituto
Superior de Ciencias Medicas “Mártires de Girón” de la capital.
Por
pasión y por necesidad, 21 años después, Ana, retoma la enseñanza. Más lo que
hace excepcional y exclusivo su trabajo es poner su servicio y conocimiento a
la ayuda de la comunidad.
Su
vocación se ha enfilado a la enseñanza del inglés en un primer nivel de
aprendizaje a una docena de niños entre 8 a 12 años, de 3er a 6to grado
escolar. De hecho, es la única que
ejercita un proyecto de enseñanza independiente no lucrativo. Y esto lo hace
necesario a opinión de sus colegas.
“Ana posee uno de los programas más
avanzados y mejor realizados de nuestra Red de Bibliotecas Cívicas Reinaldo
Bragado Bretaña”, destaca Omayda Padrón Azcuy, coordinadora nacional.
Su
biblioteca independiente para el servicio público no es una estantería de
libros en un closet para llevar y leer. También desde allí se puede aprender.
Al
oeste de La Habana en el poblado costero de Jaimanitas, Aguililla ha utilizado
la sala-comedor de su residencia. Desde el pasado verano la convirtió en un espacio
para la enseñanza con los más chicos de la comunidad.
Su
metodología está basada en un inglés comunicativo. El objetivo de su círculo de
interés es desarrollar habilidades del niño para comunicarse en idioma inglés
y su interés en futuras incursiones del
lenguaje. Para ello, involucra en sus clases: gráficos, objetos domésticos y
medios audiovisuales que luego comprueba en resultados mediante ejercicios
prácticos.
En
un inicio el curso fue concebido para terminar en seis meses con una frecuencia
de una hora semanal, sin embargo en la práctica y tiempo del mismo se ha
alargado por interrupciones. Vacaciones y actividades escolares que coinciden
con las clases. Padres que se niegan el acceso a sus hijos a éstos espacios por
miedos ideológicos y la falta de recursos que no siempre están en sus manos,
influyen en el resultado cabal de sus objetivos.
Desde
luego para Saladrigas la “experiencia de
trabajar con niños de primaria es excepcional y una forma bella de interactuar
con la comunidad”, nos dice.
Los
chicos no solo muestran interés, se divierten, hacen bromas con los inglesismos
e incluso realizan diálogos cortos con lo que van aprendiendo, según pudimos
comprobar en nuestras visitas.
A
ellos hay que agradecer por servir de promotores y facilitador de este
programa. Han sido capaces de incentivar e involucrar a otros de sus compañeros
para que se incorporen a los nuevos cursos que se avecinan.
Ana
Aguililla tiene previsto preparar a otros profesores para expandir la
experiencia a otras comunidades de la capital y las provincias. Se prevé su
realización sobre la base de los escasos recursos y el apoyo de la Red de
Bibliotecas Cívicas quien ayudara en la forma logística que encuentre para sus
resultados.
Ana
considera necesario su proyecto. Y explica que los infantes reciben en sus
escuelas clases de ingles por vía televisiva.
Hemos podido observar que los niños de diferentes niveles no asimilaban bien lo
aprendido mediante los medios audiovisuales si no existe un maestro en el aula
que sirva de facilitador y guía para el aprendizaje del idioma y el desarrollo
de sus habilidades en la producción de los conocimientos. Evidentemente falta
de maestros, sustituidos por audiovisuales, resulta un fracaso en el máximo del
aprovechamiento del niño.
Desde
el pasado siglo y el primero del presente, Cuba sufrió el mayor éxodo de
maestros de la enseñanza estatal que se conozca en su historia. Los niveles
aprendidos descendieron abruptamente cuando el profesorado ausente fue
reintegrado por medio de enseñanza televisiva y maestros emergentes sin
experiencia.
“El enfoque de este método de enseñanza
audiovisual exclusivamente sin el respaldo de un maestro puede retardar el
aprendizaje del infante porque el estudiante tiene que practicar el idioma
extranjero así como recibir orientación y evaluación sobre la adquisición de
las habilidades”, nos dice la entrevistada. “El niño necesita un facilitador, alguien que lo saque de la duda,
enseñe los errores y también el pronunciar”, enfatiza.
“Con la presencia de un maestro, el
infante presta mayor atención y participación e interactúa en el aula. El niño
asimila más rápido el aprendizaje para el desarrollo integral de los mismos”, dice la
maestra. Esta es una de las razones de estos círculos de interés y que su
creadora desea hacer extensivo. Dentro de la oposición hoy existen maestros de ingles
que abandonaron las aulas y pueden ser útiles. Preparar libremente a estas
generaciones de infantes, es un paso para construir la democracia y nuestra
sociedad.
Enseñar
es más que transmitir un método. Hay que convertirlo en un estilo, un preforme;
es poner un grafico donde va una palabra, buscar diseños que faciliten y capten
el interés y el aprendizaje; es hacer reír y meditar; para ello, se han
utilizado canciones en ingles como
catalizador de lograr resultado rápidos como lo ha hecho Ana. Y esto es el arte
de enseñar.
richardrosello@yahoo.com
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