domingo, 29 de abril de 2012

Una experiencia necesaria


Richard Roselló

Enseñar es el arte de la pedagogía si de estudiantes se trata. El aprendizaje “enriquece los principios básicos de la personalidad del educando y retroalimenta al educador”.  Así piensa, Ana Aguililla Saladrigas, una maestra de inglés que ha incursionado en todos los niveles de la enseñanza en Cuba.

Aguililla es miembro de un prometedor proyecto independiente de una Red de Bibliotecas Cívicas. Y como otros, tiene su propio programa y experiencia para crecer en el futuro.

En 1991 tuvo que abandonar el magisterio en una escuela estatal. No porque quiso sino porque se lo impidieron. Su manera de pensar y la de su familia eran incompatibles con las del gobierno. Tanto así que su esposo, un prisionero político de conciencia, fue encarcelado y castigado a 15 años de privación de libertad.

Aguililla Saladrigas había cumplido una larga etapa de enseñanza en secundaria y pre universitario. La expulsión de su trabajo la sorprendió en el Instituto Superior de Ciencias Medicas “Mártires de Girón” de la capital.

Por pasión y por necesidad, 21 años después, Ana, retoma la enseñanza. Más lo que hace excepcional y exclusivo su trabajo es poner su servicio y conocimiento a la ayuda de la comunidad.

Su vocación se ha enfilado a la enseñanza del inglés en un primer nivel de aprendizaje a una docena de niños entre 8 a 12 años, de 3er a 6to grado escolar.  De hecho, es la única que ejercita un proyecto de enseñanza independiente no lucrativo. Y esto lo hace necesario a opinión de sus colegas.

“Ana posee uno de los programas más avanzados y mejor realizados de nuestra Red de Bibliotecas Cívicas Reinaldo Bragado Bretaña”, destaca Omayda Padrón Azcuy, coordinadora nacional.

Su biblioteca independiente para el servicio público no es una estantería de libros en un closet para llevar y leer. También desde allí se puede aprender.

Al oeste de La Habana en el poblado costero de Jaimanitas, Aguililla ha utilizado la sala-comedor de su residencia. Desde el pasado verano la convirtió en un espacio para la enseñanza con los más chicos de la comunidad.

Su metodología está basada en un inglés comunicativo. El objetivo de su círculo de interés es desarrollar habilidades del niño para comunicarse en idioma inglés y  su interés en futuras incursiones del lenguaje. Para ello, involucra en sus clases: gráficos, objetos domésticos y medios audiovisuales que luego comprueba en resultados mediante ejercicios prácticos.

En un inicio el curso fue concebido para terminar en seis meses con una frecuencia de una hora semanal, sin embargo en la práctica y tiempo del mismo se ha alargado por interrupciones. Vacaciones y actividades escolares que coinciden con las clases. Padres que se niegan el acceso a sus hijos a éstos espacios por miedos ideológicos y la falta de recursos que no siempre están en sus manos, influyen en el resultado cabal de sus objetivos.

Desde luego para Saladrigas la “experiencia de trabajar con niños de primaria es excepcional y una forma bella de interactuar con la comunidad”, nos dice.

Los chicos no solo muestran interés, se divierten, hacen bromas con los inglesismos e incluso realizan diálogos cortos con lo que van aprendiendo, según pudimos comprobar en nuestras visitas.

A ellos hay que agradecer por servir de promotores y facilitador de este programa. Han sido capaces de incentivar e involucrar a otros de sus compañeros para que se incorporen a los nuevos cursos que se avecinan.
Ana Aguililla tiene previsto preparar a otros profesores para expandir la experiencia a otras comunidades de la capital y las provincias. Se prevé su realización sobre la base de los escasos recursos y el apoyo de la Red de Bibliotecas Cívicas quien ayudara en la forma logística que encuentre para sus resultados.

Ana considera necesario su proyecto. Y explica que los infantes reciben en sus escuelas clases de ingles por vía televisiva. Hemos podido observar que los niños de diferentes niveles no asimilaban bien lo aprendido mediante los medios audiovisuales si no existe un maestro en el aula que sirva de facilitador y guía para el aprendizaje del idioma y el desarrollo de sus habilidades en la producción de los conocimientos. Evidentemente falta de maestros, sustituidos por audiovisuales, resulta un fracaso en el máximo del aprovechamiento del niño.

Desde el pasado siglo y el primero del presente, Cuba sufrió el mayor éxodo de maestros de la enseñanza estatal que se conozca en su historia. Los niveles aprendidos descendieron abruptamente cuando el profesorado ausente fue reintegrado por medio de enseñanza televisiva y maestros emergentes sin experiencia.

“El enfoque de este método de enseñanza audiovisual exclusivamente sin el respaldo de un maestro puede retardar el aprendizaje del infante porque el estudiante tiene que practicar el idioma extranjero así como recibir orientación y evaluación sobre la adquisición de las habilidades”, nos dice la entrevistada. “El niño necesita un facilitador, alguien que lo saque de la duda, enseñe los errores y también el pronunciar”, enfatiza.

“Con la presencia de un maestro, el infante presta mayor atención y participación e interactúa en el aula. El niño asimila más rápido el aprendizaje para el desarrollo integral de los mismos”, dice la maestra. Esta es una de las razones de estos círculos de interés y que su creadora desea hacer extensivo. Dentro de la oposición hoy existen maestros de ingles que abandonaron las aulas y pueden ser útiles. Preparar libremente a estas generaciones de infantes, es un paso para construir la democracia y nuestra sociedad.

Enseñar es más que transmitir un método. Hay que convertirlo en un estilo, un preforme; es poner un grafico donde va una palabra, buscar diseños que faciliten y capten el interés y el aprendizaje; es hacer reír y meditar; para ello, se han utilizado canciones en ingles como catalizador de lograr resultado rápidos como lo ha hecho Ana. Y esto es el arte de enseñar.

richardrosello@yahoo.com
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